jueves, julio 14, 2022

Harrison Ford

 Ayer #HarrisonFord, ya lo sabe todo el planeta, cumplió 80 tacos.

A mí siempre me ha gustado este tipo. Aparte de guapo, que lo es y mucho, se le ve un tío sensato, listo, simpático y con sentido común.

Solo sus películas de #IndianaJones, han reportado un beneficio de: 1 billón de dólares.

Él había estado casado dos veces, antes de estar casado con #CalistaFlockhard, la intérprete de Alli Macbeal. "Tenía 60 años cuando me enamoré de Calista. Lo que más me sorprendió fue que todavía era capaz de establecer una relación duradera, con un compromiso serio", dijo Ford a la prensa norteamericana en el año 2009. En la misma entrevista, el actor reconocía que nunca es mala edad para estar enamorado: "El amor romántico es uno de los tipos de amor más emocionantes y gratificantes, y creo que existe un potencial para ello en cualquier etapa de tu vida", explicó. Calista dice que no suele recordar que Harrison "es 22 años mayor que yo". La actriz cree que eso "no influye en nuestra relación en absoluto".

“Te dan tus diálogos, te dan ropa limpia, te dan un lugar en el que trabajar y gente con la que hacerlo. Y tú solo tienes que hacer como que la cámara no está ahí”. Lo contó Harrison Ford (Chicago, 1942) a The New York Times para promocionar en 1977 el estreno de “una película tonta, pero maravillosamente hecha” (palabras literales suyas) llamada La guerra de las galaxias.

Ford se hizo carpintero, en primer lugar, para hacer arreglos en su casa de Los Ángeles. Y como la cosa se le dio bien, se convirtió también en carpintero de alguna gente que conocía. Y la gente que conocía, claro, era gente del cine

Todo gracias a una puerta. Francis Ford Coppola estaba remodelando su oficina y había que colocar una puerta. Y Fred Roos llamó a su carpintero de confianza, Harrison Ford, quien sabía, según contó a Rolling Stone en 2015, que era la oficina de Coppola. “Le dije: lo haré, gracias, pero solo si puedo hacerlo por la noche. Es la oficina de Francis. Me gusta ser carpintero y me gusta ser actor, pero no quiero mezclar las dos cosas”.

El asunto, según continúa contando en esa entrevista, es que un día se quedó trabajando hasta tarde (o sea, hasta temprano por la mañana). Y llegó #GeorgeLucas, que estaba utilizando las oficinas de Coppola para las audiciones de su próxima película, La guerra de las galaxias. George habló con él, porque se conocían: Ford había tenido un papel pequeño en American Graffiti, a las órdenes de Lucas (era su segunda película). Sin embargo, según contó Fred Roos, Lucas no quería repetir con ningún actor de American Graffiti para su tercera película.

Lo siguiente que recuerda Ford en Rolling Stone es que Roos lo llamó para ayudarles en las audiciones y leer partes de diálogo con los actores que estaban probando. “Leí con más de cien actores. Seleccionaron a algunos y, de repente, me propusieron que hiciese yo también la prueba. Y me eligieron. Me preguntaron si quería hacerlo y respondí: ‘Claro, ¿por qué no?”.

El resto es historia: La guerra de las galaxias se convirtió en la película más taquillera de 1977 en Estados Unidos y dio lugar a una de las franquicias cinematográficas más famosas y rentables de todos los tiempos. Harrison Ford siguió alternando cine de aventuras, comedias y algunos dramas para adultos y se convirtió en una estrella absoluta. Una, además, de la que siempre se ha hablado por su trabajo, lo cual lo coloca en ese privilegiado grupo de celebridades masculinas de Hollywood que nunca han tenido un escándalo y en el que solo está, probablemente, Tom Hanks. De su vida personal sabemos poco, es un hombre muy discreto. 

Por otro lado, el actor gusta porque parece honesto, siempre cómodo en su papel de actor que hace películas para entretener a las masas, sin querer trascender más allá ni querer engatusar a los críticos ni al espectador más intelectual. Mientras otras grandes estrellas se han empeñado en dirigir o tienen en su haber unos cuantos proyectos artísticos que están pensados para recibir premios, a Ford la crítica parece importarle más bien poco. Solo una vez estuvo nominado al Oscar (por #Únicotestigo, en 1985). Es uno de esos actores que no necesita un Oscar porque sabe que le darán uno honorífico en vida.

Harrison Ford se perforó la oreja a los 55 años tras una comida con su amigo Jimmy Buffett, que lucía un arete. Le gustó la idea y esa misma tarde entró en una boutique de Claire’s Accesories en Los Ángeles.








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