Siempre he utilizado cosas de segunda mano para hacer mis obras.
Cerca de mi casa hay un sitio: #Solidança, que es una antigua fábrica de papel y vendían todo tipo de cosas de segunda mano.
Yo, intentaba encontrar la lógica de qué cosas podía encontrar allí y que cosas nunca encontraría.
El otro día vi una foto que me hizo pensar: vi un crucifijo tirado al lado de un container. La verdad, cuando iba a Solidança siempre pensaba: un crucifijo nunca lo tirarías a la basura. Pero veo que sí.
En los sitios de segunda encuentras cosas que ya no quieres, porque no tienes sitio, porque era de tu abuela o simplemente porque ya te has cansado. Pero son cosas que tienen algún valor: miniaturas de metal de la torre Eiffel (he encontrado unas 50), miniaturas de la torre de Pisa (unas 30), las famosas linternas. Una guardería completa (80 sillitas), plumieres, cajas de colores, vajillas enteras. Ahora las vajillas con un filo dorado ya no se pueden meter en el microondas porque salen chispas.
Y claro, había una caja llena de crucifijos, que todo el mundo ha retirado discretamente de las casas. Había unos 30.
Ahora en Solidança casi solo venden ropa, es lo que más dinero da y lo que menos problemas también da.
Yo he hecho muchas obras con ropa de allí. Les pedía un tema y me lo guardaban, yo hacía las fotos y les devolvía la ropa y no pagaba nada.
Hice una serie con camisetas que llevan un nombre escrito de una ciudad.
Y muchas otras.
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