La mano

 Hace unos cuantos meses vi una foto del grupo de cine en la que alguien hablaba de problemas en las manos. Estuve hablando con ella y le expliqué lo que me había pasado a mí, para animarla.

En 2015, Víctor y yo, nos casamos, una boda sencillita, en el pueblo, con los testigos y punto. Luego hicimos cenas en casa con las respectivas.

En la escuela me dijeron que me daban 15 días de vacaciones y en vez de ir el 1 de septiembre fuí el 15. Al llegar a la escuela, toda contenta, a un metro de la entrada había una piedra que sobresalía 5 cms. tropec y me caí.

Al principio no le di importancia, pero a las 2 de la tarde, llamé a casa y dije: voy a urgencias, tengo la mano hinchada y me duele.

Me había roto el tercero y cuarto dedo de la mano derecha. Estuve 2 días de baja, pero  aquello no mejoraba. Al cabo de unos días, el médico me dijo, que del golpe, había desarrollado una enfermedad autoinmune que se titula: artritis psoriásica, también llamada, en medicina, dedos de salchicha.

Los dedos se te hinchan, las articulaciones se vuelven totalmente rígidas y te duele cantidad.

Yo, mis manos las tenía idealizadas, siempre he pensado que con ellas podía hacer cualquier cosa. Mi hermana tenía una amiga que su madre siempre decía: "tu hermana tiene unas garras divinas", siempre nos hemos reído con eso. La madre de Víctor, siempre muy positiva decía: pero si tú no pintas!.

Para mí aquello, fue lo peor, de lo peor, de lo peor, de lo peor, de lo peor.

Tuve que hacer decenas y decenas de sesiones de rehabilitación, llorando todo el rato en ellas, montones de infiltraciones en las crisis, con dolores insoportables.

El resultado fue una depresión alucinante. No podía superar aquello, de ninguna manera, me convertí en una zombie.

Me duró varios años, estuve de baja, conozco muy bien el Tramadol de Cafarnaún. Psiquiatra, psicóloga, abogados y juicio.

Me dieron la incapacidad absoluta por depresión. Ahora toda aquella pesadilla ha pasado. Lo explico, porque a veces parece que entramos en un pozo y luego se supera. 

Lo he explicado así, porque los recuerdos siempre van ligados a las emociones y no a la razón y recuerdo todo aquello, minuto a minuto.

Ánimo a los que estáis pasando por momentos parecidos, a veces las cosas cambian o salen nuevos tratamientos o las cosas dan la vuelta.

Os deseo que os mejoréis.