Ayer estuve buscando fotos en las que yo salgo con una máquina de fotos.
A los 20 años, yo ya trabajaba en la Phillips, y al poco tiempo me compré mi primera Nikon. Siempre he usado cámaras Nikon, creo que la luminosidad de las lentes es la mejor que hay.
La verdad es que entre los cientos de fotos que tengo, he encontrado unas pocas.
Una de excursión, otra en el instituto, en una huelga. Otra en la ciudad en miniatura en Holanda. Otra en la boda civil de unos amigos. La siguiente, no me acuerdo. Otra con un Plensa muy joven en París. Otra con Carlos Pazos en su casa de Colliure. Otra con Brossa en Valencia, en su exposición en el IVAM. Y la última con Víctor, en el mercado de las pulgas, en París.
Normalmente, no salgo en las fotos, porque soy yo quien las hace. Pero además, son fotos que ya han pasado a la historia, porque yo ya no llevo la cámara encima, ahora hago las fotos con el móvil y estas fotos, no se repetirán.
Siempre me pregunto si las cosas son mejores o peores y casi nunca tengo respuesta.
Antes era un rollo llevar la cámara encima, con lo que pesa. Y la rapidez y la facilidad que da el móvil hace que las fotos sean distintas, más creativas y más rápidas.
Ayer me preguntaban por una foto, la hice a contraluz y no sé ni lo que hice.
El móvil, además por su tamaño, me permite experimentar más.
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