Fashion

 A veces, cuando estás viendo la tele y salen desfiles de moda, ves lo que sale y piensas: de verdad? Alguien se puede poner eso?. Dices: no, imposible!. Nunca he visto a nadie por la calle con cosas así. Bueno, a no ser que vayas a los Goya o saraos como esos.

Hoy en día, ya todo el mundo se ha enterado del poder de los mass-media y normalmente hacen unos modelitos pasados de vueltas, y eso es lo que sale en los 5 segundos que te conceden en el reportaje.

Sin embargo, si hay gente que se lo cree y se lo pone, como por ejemplo: Lewis Hamilton, que vió un modelito con estampado de nubes, de Kenzo, en la pasarela y ni corto ni perezoso ahí va con él, tan contento. O será que es sponsor de la marca?. Hoy en día, ya no te puedes fiar de nada.

Tengo un amigo que trabajaba en Issey Miyake, en París (de camarero, en eventos de la firma). Me explicó que la firma tenía tienda en París, solo para poder poner en la bolsa: Tokio, París y Londres.

Pero las cosas están cambiando. El otro día, viendo las noticias, salió una diputada del Congreso que me dejó alucinada. Llevaba una chaquetita la mar de discreta, con un estampado que parecía sacada de un film de Almodóvar. 

En el Congreso, un sitio tan serio.

#martamatt me recuerda que no hay Navidad sin el debate sobre el vestido de @cristipedroche. "Pero si eres amante de la moda, este año hay que reconocer que Cristina ha dado la gran campanada con este vestido del Museo Manuel Piña de Manzanares, un diseñador que formó parte del fenómeno moda Made In Spain en los años 80 a través de la Pasarela Cibeles.

Una auténtica obra de arte que iba envuelta en una maravillosa capa de corte geométrico creada por @buj.studio e inspirada en las alas de las mariposas y de las libélulas y que está fabricada a partir de fibras y piezas recicladas."

Plastas

 A la Sagrada Familia nos fuimos a vivir cuando yo tenía 1 año (lo he oído cientos de veces).

En aquel tiempo, casi no había coches en las calles, quien lo diría?. Mi padre era el chófer de una empresa y a veces, al mediodía se traía el coche a casa y salíamos al balcón y solo se veía el suyo.

Había mucha vida de barrio. En la esquina había un zapatero. Antes los zapatos se arreglaban, no se tiraban, se ponían tapas o tacones nuevos, otra vez. Concretamente, había uno que era un espectáculo. Iba con mi abuelo.

El hombre tenía un garito infame, lleno de zapatos de todas clases, completamente desordenados. Allí no había orden ni concierto. Era totalmente incumplidor con las fechas. Y además estaba lleno de palomas que revoloteaban dentro del cuchitril. A mí me daba repelús que una paloma pasara a mi lado y con lo escandalosas que son. Ese hombre, hablaba sin parar,  estaban también unos colegas y era como una especie de tertulia. Podías estar allí una hora para ir a recoger unos zapatos. Pero a mí me gustaba ver el trabajo manual que hacía, eso me encantaba.

En la pared, tenía un cartelito que ponía: Hoy no se fía, mañana sí. Pensé horas y horas en aquel juego de palabras que nadie me explicó.

En otra época, ya había hecho bellas artes, en la Avenida Gaudí, justo al lado de la Sagrada Familia, descubrí a un tipo que vendía lona (yo las necesitaba para hacer los cuadros).

Era un hombre que hacía tiendas de campaña, mochilas y cosas así. La tienda era bastante grande, tenía un almacén al final. Yo compraba telas de algodón grueso, que preparaba para pintar y así me salía más barato. En aquella época los cuadros tenían que ser todos, de 1 metro y medio cómo mínimo, era la moda.

Dentro del almacén tenía unas lonas que venían de un almacén en el que hubo un incendio y tenían algún trozo un poco más oscuro, debido a eso eran baratísimas.

El problema (siempre hay alguno), era que el hombre de unos 70 años (la tienda era suya), tenía incontinencia verbal.  Cuando iba a buscar tela, tenía que ir con un mínimo de dos horas por delante.

No había manera de hacerlo callar. Sí venían otros clientes, les atendía rápido, para que se fueran y poder seguir dándome la chapa.

Me explicó toda la historia de la confección en Catalunya. Tambien me explicó que había hecho la mili en Marruecos, con el comandante Pérez y que entonces pasó no sé qué y patatín patatán. A mi aquello, no me interesaba lo mas minimo pero, lo tenía que aguantar, porque aquellas telas las guardaba como un tesoro. A veces, pasaba por allí su hija, una chica joven y me miraba con cara de: la que te espera! Y enseguida se iba. Se hacían las 8 y media, cerraba el establecimiento y él seguía y seguía para desesperación mía. Yo no decía nada para no darle cuerda, pero dicen que es peor porque ellos se crecen.

Total, pesadillas que aún me duran.

Dicen que los traumas van muy bien para el arte.

Amsterdam

 En 1999, yo hice una exposición que se llamaba: Balls & Flags, en la Galería Ego. Yo, es esa época, buscaba pelotas por ahí, y luego hacía unos cuadros al óleo de distintos colores que representaban banderas. (Un día os explicaré la obra).

Un día entró por allí: Thomas Peutz, había ido a Barceloa al Sónar. Le gustó mucho la exposición y me explicó que él era el director de una sala en Amsterdam: Smart Project Space y que le gustaría que expusiera allí.

SPS era una sala pública ubicada en una antigua universidad de Amsterdam, ya en desuso. Hacían todo tipo de manifestaciones culturales: cine, conferencias, cosas culturales, era muy activa.

En 2000, expuse allí. Me dijo: trae muchas obras porque el espacio es muy grande, en total envié 17. Yo estaba con el tema de las banderas. En la exposición hay objetos con las banderas holandesa y catalana. 

Allí, en Ámsterdam nos dejó su casa para vivir. Un apartamento de aquellos monísimos que daba a un canal. Él se fue a vivir a casa de su novia, que también conocimos.

Un día lo vi en Facebook. Él ahora está en un partido ecologista y vive en la Haya. En las últimas elecciones en Holanda su partido quedó tercero, empatado con los dos primeros. A veces hablo con él en Fb.

Cuando estaba la exposición en Amsterdam, pasó por allí una artista, amiga mía holandesa, que compartía conmigo el estudio, en Barcelona. Iba con una amiga y le dijo: tengo una amiga que hace cosas parecidas a estas. Y vio que era yo!.

El mundo es un pañuelo.

El jamón

 El otro día vi un anunció que me impactó: Reforma tu baño en solo 5 días y te regalamos un jamón de pata negra valorado en 300€. Qué???, Cómo???.

Como campaña de Branding, me pareció sorprendente y aún no sé si es buena o es una cutrez.

Poseer un jamón, es la ambición de la clase media. Es curioso porque he encontrado muchas fotos en donde la gente que aparece junto a un jamón, siempre sonríe.

Hablando del jamón, me he acordado de una obra del artista #carlospazos, que expuso en la galería de Víctor en el 98. 

La exposición se titulaba: So (sonido) y había obras que hacían referencia al sonido y a la música.

Carlos Pazos hizo una pieza, que era una guitarra eléctrica encima de un jamonero y al lado había una mesita kitsch con lonchas de la guitarra que parecía jamón.

Teníamos mucha relación con Carlos y su mujer: Montse Cuchillo.

Siempre me impactó una obra suya: "Hoy he vuelto a llorar viendo Bambi".

Si queréis ver más cosas de él, mirar este link: 

https://youtu.be/X_o3hPlRPSg

Kevin Spacey

 El otro día #emilioperez planteó la pregunta de si nos influía el hecho de que un actor haya cometido un delito o haya tenido una conducta impropia, a la hora de ver su trabajo en el cine.

Hubo respuestas para todo. Mi hija tenía el covid, yo me confiné por si las moscas, y tenía todo el tiempo del mundo. La discusión duró unas dos horas.

Yo, comenté el caso de Kevin Spacey.

"El deshonrado actor de Hollywood Kevin Spacey tendrá que pagar cerca de 31 millones de dólares a MRC, la productora detrás de 'House of Cards'. Habían afirmado que Kevin Spacey incumplió su contrato al violar la política de acoso sexual de la compañía. Un árbitro ha fallado a favor de MRC. Las cosas se agriaron entre MRC y Kevin Spacey después de que múltiples personas se acercaran para acusar a Kevin Spacey de agresión sexual y conducta depredadora. MRC desechó una temporada de House of Cards en 2017 y eliminó a Kevin de la final.

Yo había visto American Beauty y la película me gustó, pero comenté que después de la acusación, ya no lo veo igual, porque le veo una mirada turbia y las películas en donde sale él, ya no me gustan.

En casa, hay una frase recurrente, que utilizamos mucho, sobre todo viendo la pantalla, Víctor me pregunta de algún compañero de TV3: este de qué tiene cara? Y yo le doy mi opinión, guiada por mi intuición, aunque no lo conozco. Mis respuestas son tipo: és un plasta, parece majo, un trepa, ufff. Y Víctor, casi siempre me dice que acierto.

Y también, en casa, hay otra frase muy recurrente: Que poco me equivoco!.

No quiero ser prepotente, pero acierto en un 99 % de los casos.

Ayer, cuando vi la noticia de la acusación de  Kevin Spacey, vi, que realmente, me equivoco muy poco.

Otra vez Messi?

 El otro dia en la cena de la quedada, tenía sentada al lado (es muy importante en esos eventos, quién te toca al lado), pues tenía al lado, alguien que se llamaba igual que yo y al otro lado también tenía un Víctor, en total 3.

A la Victoria number one, en un momento de la conversación le pregunté a qué se dedicaba, por hablar de algo, me dijo: Literatura, y no me dio más datos. Alguien que había en la mesa lo oyó y le dijo a ella: Victoria también escribe.

Yo pensé: tierra trágame!, porque me pareció que ella se dedicaba a la Literatura con mayúscula y yo a la literatura con minúscula.

Yo le expliqué que un buen día, concretamente el día que Messi se marchaba, escribí sobre él. Un compañero y amigo de la Massana, escritor de verdad y crítico de Arte en la Vanguardia: #JesusMartinezClará leyó aquel escrito y me puso: Victoria me ha gustado tu escrito, deberías seguir escribiendo. Yo me quedé a cuadros, porque no soy escritora de verdad, soy una farsante en el mundo de la literatura. Pero le hice caso y desde aquel día escribo y ahora ya es un hábito y los hábitos, como el tabaco,  son muy difíciles de dejar. Aunque intento seguir teniendo ideas y cosas mínimamente interesantes que decir, no quiero que el nivel baje y escribir por escribir. Nadie me obliga y si algún día, eso pasa, lo dejaré. Cuando daba clases, siempre me preocupaba tener ideas para hacer las clases, nunca me preparé nada y siempre las tuve, ese reto creativo lo tengo igual con los escritos, es un neguit que me gusta y hace que siga.

Yo a Victoria le dije: a mí no me gusta el fútbol, nunca me ha gustado y de hecho desde que se fue Messi, no lo he vuelto a ver. Pero Messi, es otra cosa, le dije, el placer de verlo jugar era infinito. Ella me dijo: no lo entiendo.

También me dijo: ah! ,pero ése?, solo juega al fútbol, no?.

En 2007, en mi blog, puse una foto de él que aún era muy joven, había marcado muchos goles o hizo algo importante y ya vi algo, algo muy claro en él, algo que aún no sabía, pero que intuí que sería  muy gordo.

El tiempo me ha dado la razón, Messi lo ha conseguido todo.

Además, algún día quería hablar de él porque lo ves en los anuncios del tranvía, en las patatas fritas, en la Pepsi, en el Circ de Soleil, en relojes, en su ropa y en todo, porque el si que es un influencer.

Todavía estoy esperando que un día vuelva.

Ouka lele

 Hoy nos despertamos con la muerte de #oukalele, nació  el mismo año que yo.

#Oukaleele, Bárbara Allende Gil de Biedma, más conocida por su nombre artístico Ouka Leele (Madrid, 29 de junio de 1957), Premio Nacional de Fotografía 2005, es una artista, pintora, poeta y fotógrafa española.

Inclinada al principio hacia la pintura, cursó Bellas Artes, aunque abandonó la carrera para iniciar estudios de piano, al tiempo que acudía al Photocentro de Madrid para aprender fotografía. Tras publicar sus primeros trabajos en un libro llamado Principio, comenzó a exponer en 1978. Sus fotos eran habitualmente en blanco y negro, ya que odiaba el color. Cuando le encargaron una imagen para una portada, decidió inventar ella misma el color, comenzando a colorear sus instantáneas.

Fue una de los protagonistas principales de la Movida madrileña de comienzos de la década de 1980. De formación autodidacta, destacan sus características fotografías en blanco y negro pintadas a mano con acuarela. Mezcla las tradiciones españolas con un gran colorido típico de esta artista. 

Fue una artista libre, creativa, ingenua. Es de las pocas, que ha triunfado siendo mujer sin tener a ningún machirulo al lado que le ayudara. Siempre tuvo ese aire aristócrata, muy guapa, pero con ese toque de ingenuidad y totalmente libre, un poco como #Mariscal.

En seguida se supo mover por donde estaban los buenos, hay gente que tiene un talento especial para ello y lo captan enseguida.

Su obra es: sorprendente, innovadora, libre, con un punto locatis genial y muy bonita.

Siempre he tenido postales de sus obras en casa.

Tiene una película, que he visto, en #filmin: #lamiradadeoukalele vale la pena verla, habla de su universo.

En 2019 una foto suya, fue la foto oficial del cartel de #arles, “Sí, nada más bajarte del avión y empezar a ver revistas y planos de la ciudad con el cartel, hace impresión”, nos comenta feliz Ouka Leele al tiempo que se entretiene en adivinar con bastante éxito la identidad de las caras en el mosaico de ochenta retratos de la época de Pablo Pérez-Mínguez y entre los cuales está el suyo.

Desde que en 2015 la dirección corresponde a Sam Stourdzé el cartel oficial es una foto de un artista presente pero puesta al revés. Da igual, está en todos sitios y la gente se familiariza. En su momento, Peluquería dio pie a una exposición e incluso a un cortometraje en Super 8 que se ha recuperado para Arles mientras que sobre la pared se proyecta en diapositivas toda la serie. Hay tres originales, como el del cartel, y el resto son obras de los años ochenta con la misma técnica que utilizaba la autora.

No se puede hablar propiamente de fotos porque Ouka Leele realizaba un trabajo plástico. “Primero yo no quería ser fotógrafa, quería ser pintora. Quería ser artista. Que me llamen solo fotógrafa, creo que es no entender mi obra. Esta misma exposición, tiene muchísima pintura. Es una mezcla de pintura y fotografía. Eso es lo extraño e inquietante”.

“Lo que pasa en la Movida es que cada uno es de su padre y de su madre”, recalca Ouka Leele. “Coincide en que todos estamos juntos viviendo una época, pero cada uno tiene su mundo. Desde fuera puede que se aprecie una unidad, pero ves mi obra y creo que no tiene que ver con la de Pablo, ni con la de Alberto. Son mundos muy diferentes. El nexo de unión está en la libertad, en la libertad de cada uno por investigar, las ganas de hacer cosas, de mezclarnos, en enseñarnos unos a otros”.

“Pedro (Álmodovar) ha fagocitado o absorbido todo lo que pasaba a su alrededor. Conocía a Alaska que era una niña, con trece años, y la metía en la película ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ (1980). A mí también me metió en ‘Laberinto de pasiones’ (1982). Él es un gran catalizador de sus compañeros. Y todos están en sus películas. Si conoces el cine de Pedro y ves el contexto de lo que estaba pasando alrededor y de donde ha sacado esas ideas, se entiende mucho más”.

Aquí es cuando Ouka Leele nos cuenta uno de esos momentos mágicos del Madrid que salía de la dictadura. “Cuando yo era muy jovencita y me llamaba Bárbara (Allende Gil de Biedma), y nada más, iba a unos pases de película de Pedro que hacía en Super 8. Era en los setenta, cuando yo estaba casi en el colegio. Las películas no tenían sonido y él hacía las voces de los personajes. Éramos cuatro gatos, pero resultaba maravilloso. Luego, nos veíamos en las fiestas. No había redes sociales. Y, cuando te daban las doce o la una, te ibas a un sitio en que sabías que estaban todos”.

Su obra se ha expuesto en ciudades como París, Londres, Tokio, São Paulo, Tel Aviv, Shanghái, Beijing, Roma, Buenos Aires, Colonia o Nueva York, entre otras. En 2005, le fue concedido el Premio Nacional de Fotografía. 

Se puso ese nombre, porque era el nombre de una estrella.

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