La Navidad es muy bonita, árboles, regalos, paquetes, papeles. Todo eso dónde va a parar?.
Cuando se acaba la fiesta, queda un montón de basura que ni te cuento. Árboles tirados en cualquier sitio, papeles y cartones que rebosan en los containers. Todos hacemos la vista gorda, pero es un problema gordo.
En cuestión de días, el árbol pasa de tener el lugar más prominente en la sala de la casa a la basura de la calle.
Después del 6 de enero, día de Reyes, las calles de los barrios se van llenando de árboles de navidad abandonados en las esquinas, a la espera de que pase el camión recogedor de basura y se los lleve quién sabe a dónde. Pero eso a quién le importa, con tal de quitarnos el árbol de encima. El espectáculo de estos árboles, todavía verdes y frondosos, desechados en las aceras, es, quizá, uno de los mejores ejemplos de cómo opera nuestra sociedad de consumo rápido. Un par de semanas antes no había nada que deseáramos más que este árbol que ahora es un enorme fastidio.
La vida útil de los árboles de Navidad es de unas dos semanas. Producir árboles -así como producir baterías de teléfonos inteligentes- significa no solo el uso masivo de valiosos recursos naturales, sino de suelos que se degradan con esta producción. Y todo para dos semanas de disfrute. Al cabo de las cuales, el producto se habrá convertido en desecho. Se habrá perdido toda el agua que fue necesaria para cultivarlos, y habrá sido inútil el desgaste de los terrenos.
Quienes apoyan el comercio del árbol de navidad natural, argumentan que estos siempre se pueden reciclar. El año entrante, la familia podrá usar el mismo árbol. Al ver estos días las esquinas de las calles de mi barrio llenas de arbolitos abandonados, me pregunto, qué porcentaje de esos árboles son reciclados.
Unos 10.000 árboles de Navidad fueron vendidos durante las pasadas fiestas decembrinas en la Ciudad de México; ahora, las autoridades ambientales de la capital esperan que la totalidad de ellos se recicle.
En esta temporada, un total de 700.000 árboles naturales fueron ofertados en territorio nacional, provenientes de siete estados del país.
De estos, 178.000 estuvieron a la venta en la capital, donde finalmente unos 10.000 acabaron siendo comprados por sus habitantes.
La Conafor ha dispuesto un total de 235 centros de acopio en 25 estados para el reciclado de árboles de Navidad naturales, donde se eliminan los clavos y las espumas.
Después se trituran para producir astilla y composta que servirá como abono para nuevas plantas o el mantenimiento en jardines públicos y camellones.
"Como cada año se implementa un programa de reciclaje a nivel nacional en diferentes instituciones, compañías y municipios, hasta el próximo 7 de febrero (está activo) todos los días".
Por su parte, López recordó que el reciclaje de árboles de Navidad naturales es la forma en la que las coníferas "nuevamente se incorporan al subsuelo", y así se evitan incendios en los basureros o en las calles.
"El astillado que se produce con el reciclaje de los árboles de Navidad naturales se utiliza para evitar que la mala hierba crezca y además puede pintarse de colores para la decoración de parques y jardines", apuntó.
En la Ciudad de México, en el vivero de la delegación Coyoacán, las autoridades ambientales llegan a recibir hasta 2.500 arboles de Navidad naturales, los cuales son recibidos y acopiados sin ningún costo para las personas.
"Me dijo mi patrona que debía de traerlo aquí, fui a varios supermercados y en ningún lado me lo recibieron, hasta que lo traje aquí y fue muy sencillo" comentó a Efe Ángel Manzanita Moreno, un capitalino que llevó su árbol de Navidad natural a un centro de reciclaje.
Pues eso.
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