miércoles, diciembre 22, 2021

La sierra

 Como estamos a las puertas de Navidad, contaré una historia de elfos.

Ahora se llevan mucho, el corte inglés nos machaca con los elfos, pero antes no se hablaba tanto de ellos.

Yo estaba estudiando en las monjas, un aburrimiento. La única clase que me gustaba era plástica, por motivos evidentes. Había solo una hora de plástica a la semana!.

A mí se me ocurrió hacer un elfo de madera. Los brazos y las piernas se hacían aparte y con un ganchito dorado, creo que le llamaban encuadernador. Bueno, pues por detrás ponías una cuerdecita a los brazos y las piernas y un cordelito que bajaba. Estirabas el cordelito y se movían brazos y piernas, una chulada.

El elfo era de madera de contrachapado, muy fina, 5 mm.. Primero había que serrar las piezas con una sierra de marquetería.

La sierra de marquetería me encantaba, tenía unas sierrecillas muy finas que se rompían a la mínima. La sierra era de la profesora.

Pues bien, como aquello daba bastante trabajo y llegaban las fiestas, la profesora, que era bizca, no por nada, pero la recuerdo así, era más o menos simpatica, un poco locatis, como todos los artistas. Entonces me dijo: puedes llevarte MI sierra a casa para acabar el trabajo.

Puede parecer una tontería, pero en una época donde habian pocas alegrías, aquella demostración de confianza hacía mi, me llegó al alma.

Ademas aquello tenía una gran responsabilidad, le tenía que devolver la sierra intacta.

Acabe el elfo, lo pinté con ceras, le di una capa de barniz para ceras, le puse las cuerdas y listo. 

Quizás el gesto para ella no tuvo importancia, pero a mí me hizo la persona más feliz del mundo.

Buenas fiestas.








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