domingo, noviembre 07, 2021

Sigurdardottir

 Me acuerdo del primer año que dí clases en la escuela. Había dado clases de plástica a niños, pero nunca había dado clases a adultos. Daba una clase de primer curso que era un Taller de 9 a 2 de lunes a jueves, los viernes preparábamos las clases o había reunión.

En primero, aun no habían escogido especialidad y se hacía un poco de todo.

Las clases de taller siempre se daban entre dos profesores y eso me facilitó las cosas. Yo, el primer día estaba algo nerviosa, pero pensé: la experiencia sólo se puede conseguir cuando llevas un tiempo haciendo algo, por lo tanto el primer día es imposible tenerla, o sea que tranquis.

Ese primer curso tuve una alumna islandesa se llamaba Sigurdardottir, era rubia y llevaba el pelo rapado. Yo también llevaba el pelo corto. Había venido para estudiar Vitralls, era la última escuela de esa especialidad que quedaba en Europa.

En su primer trabajo hizo unas fotos en blanco y negro en las que aparecían sus manos con diferentes objetos. Ahí ya vimos que tenía un talento especial.

Todo su trabajo fue muy bueno, tenía mucha sensibilidad y era muy inteligente. 

A final de curso le pusimos un 10. Yo he puesto muy pocos dieces en mi vida, siempre he pensado que por hacerle una gracia al alumno, si no se lo merece, lo estás perjudicando.

Estoy intentando contactar con ella por internet. Hoy me ha pedido amistad por Instagram Katrin Sigurdardottir, le he escrito, pero aún no sé si es ella.

En septiembre cuando volvió de Islandia, me trajo una lata de sardinas.

Es el único regalo que me ha hecho un alumno.😁








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