viernes, noviembre 12, 2021

Jill Greenberg

 Yo he dado muchos años clase de Fotografía. En esta clase siempre he llevado el trabajo de otros fotógrafos, para que los alumnos los conozcan.

Había unos cuantos artistas, que yo ya sabia, que en la clase triunfarían. Una de ellas era Jill Greenberg (canadiense de 45 años).

En 2005 hizo una serie: End Times, en la que quería reflejar los convulsos tiempos en los que vivimos.

Para ello citó a un hijo suyo y a 34 críos de entre 2 y 3 años ( hijos de sus amigos y modelos de las agencias Ford y Jet Set) y trabajó con ellos durante tres días. Los colocó con un fondo azul detrás y les dio una piruleta. Acto seguido, se la quitó y los niños empezaron a berrear. Luego retocó las fotos, porque nunca ha renegado de ello.

El resultado fueron 25 fotos de rabia, desconsuelo, tristeza y desesperación. Para la autora representan el duelo en el que esta sumido el mundo. 

El conjunto fue inaugurado como la exposición del mes en abril en la galería Paul Kopeikin en Los Ángeles.

A los pocos días, Andrew Peterson, asesor de inversiones y padre de 4 hijos, publicó en su blog un comentario titulado: "Jill Greenberg es una mujer enferma que debería ser arrestada por abuso infantil" " Lo que hace me provoca el vómito".

Robert Green, marido de la artista, y también activo blogger, le contestó: " Estoy casado con la artista en cuestión y no ha abusado de los niños, los padres estaban presentes, la técnica que utilizó es la misma que se emplea para los anuncios de televisión y las películas".

Después de aquello, la maquinaria de la blogosfera se puso en marcha, la web de la galería recibía cada día 60.000 visitas diarias y empezaron las llamadas amenazantes al estudio de la artista.

Cuatro meses después, aún seguían llegando mails amenazantes.

Después de plantearse llegar a los tribunales, la fotógrafa y Andrew Peterson, las fotografías alcanzaron una audiencia de 100 millones de espectadores, según la galeria.

Casi todas las obras han sido adquiridas por coleccionistas, a razón de 10 tiradas por cada ejemplar, que cuesta cada una 4.500 dólares.

Ilene Knebel, madre de Elise, uno de los críos, no está de acuerdo con la controversia. "Nos pagaron una cantidad muy pequeña por los servicios prestados por mi hija", respondió en un e-mail. "Acepté el trabajo porque estaba acorde con mis ideas. Eso es todo. Nos llamó nuestro agente y fuimos. Durante la sesión, a ratos lloró, a ratos rió. Como sucede en casa todo el tiempo. Mi hija tenía menos de tres años y ni siquiera lo recuerda, ni si le enseño la imagen. Estuve todo el rato con ella, como siempre hago. No sé... ¡Yo veo la foto y la encuentro bonita!".

Ahora, las hace con los niños sonriendo, a ver que tal le va?🙄












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