Un día, en Cervelló, estaba en la farmacia y vi una chica que iba con una niña de un año en el cochecito. En ese cochecito había una mochila de la guarderia a la que yo llevaba a mi hija, cuando vivíamos en bcn.
Me extrañó mucho y le pregunté cómo es que llevaba esa mochila?.
Me contestó que ella llevaba a su hija a esa guardería en bcn, porque trabajaba en Mattel, que estaba al lado.
Efectivamente Mattel estaba en Aribau/Córcega, yo vivía en Córcega/Aribau y la guardería estaba en Córcega, al lado de mi casa.
Nos hicimos amigas y me explicó que en Mattel era donde fabricaban y distribuían la muñeca Barbie.
También me explico que Mattel hace cada año unas ediciones especiales de colección, que eran bastantes caras, pero que con el tiempo subían mucho de precio y que ella las iba comprando y así iba haciendo un pequeño patrimonio.
Hasta aquí la amiga.
Las Barbies a las niñas les volvían locas. Toda aquella historia de las princesas, para ellas era lo más. El color rosa, las coronas, los príncipes. Todo eso mezclado con el imaginario Disney hacían un pack irresistible.
Sin embargo, todo eso ha cambiado, Mattel se ha puesto las pilas y se ha adaptado a los tiempos que corren.
Ahora Barbie ya no aparece ni un minuto por casa. Va al MOMA, en Nueva York. A la Fundación Vuitton y al Louvre en París. Asiste a manifestaciones por el clima. Va en silla de ruedas. Ve Gambito de Dama por streaming. Lleva Iphone 11. Es astronauta. Pinta. Juega al tenis. Hace Pilates. Han hecho una muñeca como Angela Merkel. Va a manifestaciones anti cambio climático. Va a ver la exposición de Yayoi Kusama y de Sol Lewitt. Se viste como Andy Warhol. Lleva prendas de Prada, de Bulgari y de Chanel. Lleva ropa deportiva Adidas y Nike. Bebe en un vaso de Starbucks. Hasta han hecho una muñeca como Billie Eillish.
¿No sé como se tomaran, las niñas de 4 y 5 años, que las princesas hayan desaparecido del mapa?.
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