viernes, diciembre 31, 2021

El papel pintado

 El otro día ataqué con el gotelé, hoy voy a hacerlo con el papel pintado.

En los 60 y 70's, el papel pintado hacía furor. Todo el mundo ponía papel pintado. Era también, lo que se llevaba. Las modas nos hacen ir por aquí y por allí, a su antojo.

En mi casa, of course, se puso papel pintado. Cuando pasan las modas, a veces nos sorprende que aquello, algún día, hubiera estado de actualidad y todavía nos sorprende más, que según que cosas, vuelvan. El pantalón campana es uno de esos fenómenos. Los papeles de antes eran horribles, espantosos. Una vez tuve fiebre por una gripe y el papel pintado de la habitación me daba pesadillas, cuando miraba aquellos dibujos.

He acabado de ver una serie muy buena de la BBC en Filmin: Endeavour, es de un detective. La serie está ambientada en los 60 y 70's y es increíble lo bien que recrean aquellas épocas. Muchas veces, lo comentamos.

En la serie también sale mucho el papel pintado. Incluso, en un momento de la serie, el prota cambia de casa y se ve como en la nueva, arranca el papel pintado de la pared y la pinta.

La recreación de otras épocas en el cine es fantástica, una vez conocí a Antxón Gómez, que ha hecho bastantes colaboraciones con Almodóvar.

Ahora, el papel ha vuelto, como todo, pero lo ha hecho de una forma más sofis, más fina y más en plan design. Incluso hay sitios que te reproducen en papel tu propio diseño y lo puedes poner en la pared.

Sin embargo, yo tengo el corazón dividido, me pasa como con las figuras de Lladró. El papel pintado antiguo nunca se me ocurriría ponerlo. Pero me produce una décima de segundo de nostálgia.

Y es que no sabemos lo que queremos.









jueves, diciembre 30, 2021

Lladró

 Estos días he estado viendo la película de Wong Kar Wai: Deseando amar. Estoy en un interesante grupo online: Filmin Cinefórum, y ayer la analizábamos.

Es una magnífica película y la estilizada  figura de la protagonista me hizo pensar en las figuras de Lladró. No me extraña, son mis referencias, me podría haber recordado a Giacometti, pero me dió por Lladró.

Cuando yo era pequeña mi tío trabajaba en un banco y por Navidad recibía muchas cestas. En aquellas cestas, a veces, incluían una figura de Lladró. Es la experiencia que yo tenía con aquellas esculturas.

Yo me las miraba y remiraba y me entusiasmaban aquellas figuras con esmalte brillante y tonos pastel que tenían una estilización llevada al límite. Eran figuras etéreas, idealizadas, muy Lladró. Recuerdo, en especial una bailarina y un arlequín.

Lladró es una empresa de figuras y productos de porcelana española con sede en la localidad de Tabernes Blanques, Valencia, España.

La marca Lladró apareció por primera vez en 1953, cuando los hermanos Juan, José y Vicente Lladró empezaron a elaborar sus primeras piezas de cerámica y vidrio en un horno moruno construido en su casa familiar en Almácera (Valencia). En aquel momento los hermanos Lladró trabajaban por cuenta ajena en una fábrica de azulejos y vajillas. En 1958 trasladaron su empresa a una nave industrial en la población de Tabernes Blanques para poder hacer frente a la creciente demanda de sus piezas. Seguidamente, a partir de los años sesenta la empresa inició su expansión internacional, que la llevó a ser empresa de referencia en la cerámica de lujo. En 1965 Lladró exportaba parte de su producción a Canadá y empezó a introducirse en Estados Unidos. Durante los años 1970 se produjo un significativo incremento de los productos Lladró en el mercado norteamericano. También a mediados de los años setenta Lladró empezó a vender sus productos en Japón.

El éxito internacional llevó a la compañía a inaugurar, en 1988, el Museo y Galería Lladró de Nueva York. El renombre adquirido por las esculturas Lladró propició que en 1991 fuera expuesta una selección de las mismas en el Museo del Ermitage, en San Petersburgo. Desde entonces, dos piezas forman parte de la colección permanente de este museo: «Carroza siglo XVIII» y «Don Quijote». En 1992 Lladró estuvo presente en el Pabellón de Valencia en la Exposición Universal de Sevilla. En 1995 se inauguró el Centro Lladró en Madrid.

Es un caso muy curioso el de Lladró, antes era mi única experiencia con la escultura, pero si las veo ahora, veo un estilo kitsch hasta la náusea, cursilon e infantilizado, un poco lo que era el ilustrador Ferrándiz, en la época, que también tuvo un éxito fulgurante.

Una vez encontramos por ahí un oso de la firma Lladró, lo compramos y estuvo años en un cajón. Un día, mi hija decidió venderlo por Wallapop. Empezamos a recibir mensajes sin parar, haciéndonos ofertas bestiales, porque querían precisamente aquella figura que les faltaba en la colección. Una locura.

La Sociedad de Coleccionistas de Lladró fue fundada en 1985. Durante sus 15 años de existencia, contó con más de 100,000 coleccionistas de porcelanas de la marca.

Una vez encontré de segunda mano, una figura de una bailarina, similar a la que yo recordaba, la tuve sobre el aparador un tiempo, era igual a la que yo había visto de pequeña.

Ahora Lladro se ha modernizado y ha encargado figuras a diseñadores de moda, como Jaime Hayón.

Yo prefiero las antiguas.











miércoles, diciembre 29, 2021

El gotelé

 Ayer estuve pensando en el gotelé que se ponía antes en las casas.

El que ahora tiene gotelé está frito, porque ya no se lleva y es muy difícil quitarlo.

Ahora con el minimalismo, las paredes tienen que ser lisas e impolutas.

Esto me llevó a un estudio que hice algún tiempo sobre el artista japones Hiroshi Sugimoto. Él, desde su extrema sensibilidad japonesa, observaba detalles que para la mayoría de nosotros pasan desapercibidos. Probó diferentes yesos, hasta que encontró el que recibía de la mejor forma, la luz que entraba por la mañana en su estudio de Nueva York. Con ayuda de un prisma dividía la luz en los colores del espectro y fotografiaba con polaroids el efecto, después refotografiaba las tomas con una cámara de placas de 10 x 15 cms.

Sugimoto describe su proceso, que comenzó antes del amanecer y dependía de la claridad de la luz invernal: “Lo primero, comprobaría si hay indicios de luz amaneciendo sobre el horizonte oriental. Si el día prometía buen tiempo, a continuación vería la 'estrella de la mañana' brillando en la esquina superior derecha del amanecer naciente. Dependiendo de lo brillante que apareciera Venus, pude juzgar la claridad del aire ese día; Tokio está despejado casi todos los días en invierno gracias a los patrones estacionales prevalentes de presión oeste-este-alto-este-baja. Solo entonces preparé mi vieja cámara Polaroid y comencé a calentar un paquete de película del largo frío de la noche de invierno”, escribe. En su estudio, utilizó un espejo equipado con un mecanismo de inclinación de microajuste especial y proyectó la luz del prisma sobre el espejo. Ajustando el ángulo del espejo, pudo separar colores individuales del espectro de luz.

En su trabajo, Hiroshi Sugimoto ha explorado las formas en que la fotografía se puede utilizar para registrar rastros de fuerzas invisibles pero elementales. Su enfoque filosófico hace preguntas sobre la experiencia humana de estos fenómenos.

El resultado fue la exposición: Opticks. Una exposición de nuevas fotografías a gran escala que se exhibieron por primera vez en los EE. UU. en 2020. Las fotografías finales median 152 x 152 cms..

En su trabajo, Hiroshi Sugimoto ha explorado las formas en que la fotografía se puede utilizar para registrar rastros de fuerzas invisibles pero elementales. Su enfoque filosófico hace preguntas sobre la experiencia humana de estos fenómenos.

Inspirándose en los escritos y la investigación de Sir Isaac Newton y Johann Wolfgang von Goethe sobre la ciencia y la experiencia de la luz, las obras de Opticks examinan la naturaleza infinita y el estado dual del color como fenómeno físico y fuerza emocional. Sugimoto tituló Opticks después del libro de 1704 de Newton del mismo nombre, que presentaba sus innovadores experimentos con prismas y luz. Más de 100 años después, en 1810, Goethe publicó Zur Farbenlehre (Teoría de los colores), un estudio de la base física de los colores y las respuestas humanas a ellos, que encontró que la "exposición científica impersonal de Newton carecía de fundamentos artísticos", escribe Sugimoto.

Mirando la luz a través de su propio prisma, observa: "Yo también tenía mis dudas sobre el espectro de siete colores de Newton: sí, podía ver su esquema rojo-naranja-amarillo-verde-azul-índigo-violeta, pero podía discernir fácilmente muchos más colores diferentes en el medio, matices sin nombre, de rojo a naranja y de amarillo a verde".

Aquí, nos preocupamos del gotelé, pero hay artistas que se preocupan de las infinitas maravillas que nos proporciona la naturaleza.








martes, diciembre 28, 2021

Papá Noel

 Cómo empezó esto del papa Noel?, de dónde ha salido esta idea?.

Nicolás de Bari o mejor conocido en la actualidad como Santa Claus, fue un hombre real, de carne y hueso, un obispo del Siglo IV, nacido en Patara, hoy Turquía. Y aunque en las imágenes antiguas del mencionado obispo si aparece vestido de rojo, es un tono más bien tirándole a marrón y en muchas otras imágenes, se le ve vestido de color verde.

En Países Bajos (Holanda), se celebra una fiesta a San Nicolás de Bari, los días 5 y 6 de diciembre, tradición que se remonta al año 343. En esta región del mundo el nombre es traducido a 'Sinterklaas', por lo que los inmigrantes holandeses que llegaron a Nueva York llevaron también la tradición de Sinterklaas, que después se "descompuso" en un modismo angloparlante, hasta adoptar "Santa Claus".

Era el año 1823 y la imágen de Santa Claus era la de un tipo verde, delgado y mas bien parecido a un enano, pero que también se encargaba de regalar juguetes a los niños en la víspera de Navidad.

Ya en 1931, Coca Cola le pidió a Haddon Sundblom, que rediseñara la imagen de Santa Claus con los colores de la marca. A partir de ese momento surge el Santa Claus Coca Cola, tipo regordete, de barba blanca y bonachón; siempre con un refresco de la marca en la mano y una gran sonrisa.

Como ya se mencionó Coca-Cola no fue el pionero en vestir a Santa Claus de rojo, ni ponerle barba blanca ni hacerlo robusto, sin embargo, fue quién más difundió esta apariencia que actualmente es la única que se nos viene a la mente instantáneamente al mencionarlo.

Este es el poder de un gran marketing y una gran estrategia, el impacto que se puede tener puede ser en todo el mundo.

De esa manera el poderío de Coca Cola logró cambiar la imagen de un santo, un hombre consagrado a Dios que en su vestimenta portaba cruces cristianas y de imagen seria, para convertirlo el uno de los mejores iconos del marketing.

O sea que Santa Claus, como se dice vulgarmente, es el invento de la Coca Cola.








lunes, diciembre 27, 2021

Los canelones

 Ayer era San Esteban, antes, en mi casa era fiesta grande, mi abuelo se llamaba Esteban, su hijo, su nieto y su biznieto.

En Catalunya, también es fiesta y hay una tradición muy arraigada que consiste en hacer una gran sopa el día de Navidad y se supone que con los restos, al día siguiente se hacen canelones. Está muy bien pensado.

En mi casa, of course, se hacían canelones. Yo siempre estaba metida en la cocina y me encantaba hacer aquello. Era un trabajo bestial, porque también venía mi tío y su familia, éramos un montón. 

Ayer el tn dió la noticia que la tradición sigue, pero que mucha gente ya no hace los canelones en casa. En concreto hablaron de una empresa que solo hace canelones y que ayer sirvieron exactamente 5.000. 

A las mujeres ya no les interesa hacer eso, se dedican a otras cosas, además hay empresas que lo hacen por ti. Evidentemente, lo hacían las mujeres, los hombres en general, la cocina ni la pisan.

Las tradiciones más importantes siguen, no todas, pero se han adaptado a los nuevos tiempos. 

Este es un pequeño paso, pero un gran paso para la humanidad.








domingo, diciembre 26, 2021

Oficios


 Hoy aquí en Catalunya sigue siendo fiesta, es San Esteban.

Estos días se prestan mucho a los recuerdos de antes o de cuando éramos pequeños. Son días de vacaciones, tienes tiempo para pensar y además se mezclan las tradiciones. Todo eso hace un pack bastante curioso, hay melancolía, piensas en los que ya no están y en lo que hacías de niño.

He visto unas imágenes muy curiosas, un oficio que como tantos se ha perdido, pero además nunca había oído hablar de él.

En 2020, salió un artículo en The Guardian, en donde se hablaba de una noticia de 1914. Se hablaba de que los despertadores modernos iban a desplazar un antiguo trabajo, el de las personas que se dedicaban a despertar personalmente a la gente en sus casas, lanzando guisantes o tocando la ventana con un palo.

Pensando en eso he buscado las postales que antes llegaban a casa porque algunos trabajadores te felicitaban las fiestas. Las postales tienen un encanto, no eran fotos, están dibujadas y hace gracia ver los trabajos que ya no existen y han pasado a la historia. No creo que nada fuera mejor antes, ahora hay otros trabajos que los han substituido, pero algunos permanecen.

Estaba el sereno, de pequeños nos hacía mucha gracia alguien que llevaba todas las llaves de todas las porterías por si alguien se la había dejado. No habian móviles y seguramente pocos teléfonos y no había forma de comunicarse, además el nombre también es curioso

Hay otras profesiones que también han pinchado como el mozo, el vigilante, el repartidor de periódicos, el herrero, el mozo, el cobrador, el farolero. Y hay otros que siguen con buena salud como el lampista, el pastelero, el barrendero, el repartidor, con Amazon, no digamos!.

Hay uno en especial que me hace gracia: el aprendiz. Cuando yo estudiaba en la Massana primer año, 15 años, en dibujo tenía un compañero bastante zoquete🙄. Un día le comenté la posibilidad de pasarme a estudiar Diseño, me respondió: a cuanto pagan la hora?🤦‍♀️.


 





sábado, diciembre 25, 2021

Feliz Navidad

 Bueno, primero: Feliz Navidad a todos!

Quería contaros que mi hermana y mi hija se llevan un rollo raro con los ferrero rocher.

Mi hermana, a partir de una fecha, en todo los regalos que lo hace siempre incluye una caja de esos bombones?, dulces?, chocolates?. No sabría como definirlos.

Es curioso porque solo les pasa con eso, tienen como una especie de fijación.

No sé como empezó la cosa. A mi hija no le gustan los dulces, ni los prueba y jamás ha sido de chuches ni esas cosas.

Cuando se establece una costumbre, porque yo no llamaría tradición, ya se queda fijada para siempre en la mente y ya es indestructible.

Pero es verdad que este hecho las une y yo diría que ya es para siempre.

En casa, son suyos y controla muy bien si alguno desaparece.

Yo en mi casa una vez hubo un incendio. Yo vivía en un sexto piso y vi las llamas por la ventana sentada en el sofá. No paso nada grave. Al día siguiente, era sábado y fui a comprar. Pensé la vida son 2 días y me voy a hacer un homenaje. Me compré una lata de mejillones y una bolsa de ganchitos. Me dijeron: que cutre!.

Desde entonces en las comidas familiares NUNCA faltan los mejillones.