Hoy quiero hablaros de una serie de NETFLIX: ¡Soy mayor!.
Esta serie de 2013, es un reality clásico japonés, la cámara sigue a unos niños que salen de casa para hacer recados solos por primera vez en su vida. Hacen recados y cruzan la calle solos, son niños de 2 a 5 años.
Esta serie que se emite desde hace décadas en Japón, abre un nuevo debate sobre la educación infantil.
Una madre japonesa encarga a su hijo de dos años y nueve meses comprar curri dulce, pastel de pescado y unas flores para el altar de su abuela. El triple recado supone caminar sólo durante más de un kilómetro, en el que debe cruzar al menos una calle con semáforo, recorrer cunetas de vías sin acera y volver sano y salvo con la misión cumplida.
La cámara sigue al pequeño, mientras una voz en off narra todo lo que hace con evidente tono humorístico, coronado por letreros con una tipografía 'poco seria', propia del viejo 'Humor amarillo', y las risas enlatadas del público desde el estudio. Si no se lo toma a risa, el espectador occidental puede acabar con los nervios de punta.
No obstante, también en Japón hay críticos hacia esta demostración de la importancia que se da en la cultura nipona a la independencia de los niños, prácticamente desde que aprenden a caminar. Los detractores de esta costumbre creen que los adultos ponen en peligro a los protagonistas infantiles del espacio, que hacen sus recados bajo coacción o sobornados con premios.
Nobuo Komiya, criminólogo de la Universidad Rissho de Tokio y asesor de numerosos municipios de todo el país en materia de seguridad pública, declaró a 'The New York Times' que se trata de un programa «terrible». «Nippon TV lleva años emitiendo este programa y ha sido muy popular, pero Japón está lleno de peligros en la realidad. El mito de la seguridad está fabricado por los medios de comunicación».
Los pequeños caminan solos por la calle e incluso tienen que utilizar el transporte público. Por supuesto, llevan dinero para poder pagar las compras. No es infrecuente que se detengan a hablar con desconocidos, por lo general amistosos.
Si en algo es honesto, el programa es al mostrar las dificultades de niños tan pequeños para realizar las tareas que les encomiendan. Los chiquillos se desorientan, olvidan sus encargos o los hacen y no recuerdan el camino de vuelta, aunque todo forma parte de su periodo de aprendizaje. Alguno se niega y los padres intercambian opiniones. «Eres demasiado blando», le dice una madre a su marido cuando este confiesa que le parte el corazón escuchar las protestas de su hijo, de dos años.
Yo vi el primer capítulo en el que un niño de dos años y 8 meses, debe recorrer una distancia de 1 kilómetro y medio de ida y otro de vuelta, para irle a buscar algo a su madre. Por la carretera, e incluso debe cruzarla.
Todo esto va aderezado de risas enlatadas. A mi me parece un esperpento, nunca haría algo así con mi hija a los dos años. Y todo para hacer un reality.
Los temas son estos: "A una niña llorona de 3 años le encargan llevar el almuerzo a su querido padre. Con una palabra clave especial en mente, intenta contener las lágrimas por el bien de él".
"Un niño tímido y su extrovertida hermana van a un supermercado ambulante en las montañas. Pero es él quien tiene que animarla cuando de repente ella siente nostalgia".
Sin palabras.
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