Helvética

 El otro día vi unas galletas con formas de letras. Concretamente del tipo Helvética.

Helvetica es un tipo de letra Neo-Grotesque, una categoría san-serif (tipos de letra sin “pies” o “sombreros”) que apareció en la década de 1950 con la llegada del estilo tipográfico internacional (también conocido como estilo suizo) que fue creado con un énfasis en la simplicidad, algo que representa Helvetica.

Helvetica no salió de la nada; su origen está en un tipo de letra que data de 1896 llamado Akzidenz-Grotesk. Fue concebido por Eduard Hoffmann y desarrollado por Max Miedinger con aportes de Hoffmann en Haas Type Foundry.

Mientras los dos trabajaban en Helvetica, hubo una palabra por el que el tipo de letra fue juzgado: “Hamburgers” o “Hamburguesas”. Hoffmann sabía que la palabra contenía una gama completa de caracteres que les ayudaría a evaluar la calidad del tipo de letra. Si “Hamburguesas” era fácil de leer, Helvetica habría logrado su objetivo.

Helvetica ha mantenido su elegancia y relevancia a lo largo de los años, y no perderá popularidad en el corto plazo. No obstante,  aunque está de moda, también es invisible. No destaca demasiado, y ese es el punto. Helvetica es fácil de leer sin llamar la atención, razón por la cual se ha utilizado en lugares como el sistema de metro de Nueva York por tanto tiempo.

Uno de los temas más activos en el mundo tipográfico es la tensión existente entre Helvética, como tipografía-manifiesto del movimiento modernista, y Arial, una tipografía omnipresente hoy en día en las computadoras personales de todo el mundo.

Arial es un clon de Helvética hecho en 1990 por Robin Nicholas y Patricia Saunders de la Fundación Monotype (al parecer el diseño se basaba en un predecesor llamado Monotype Grotesque 215). Microsoft empezó en la primera mitad de los años 1990 a incluir Arial en un paquete básico de tipografías True Type para internet y en el paquete Microsoft Office, y de ahí su actual penetración.

En mis obras siempre he utilizado la letra Helvética.