Cada día hay noticias más terribles relacionadas con la guerra de Ucrania. Ayer dijeron en el TN noche, que la gente ya se está empezando a comer las palomas...
Aquí, en Barcelona, es muy típico ir a dar de comer a las palomas en la Plaza Catalunya. Nosotros íbamos mucho de pequeños. Es curioso, porque yo era muy tiquis miquis, pero aquello no me daba miedo. Y eso que algunas fotos son dignas de Hitchcock.
Pero: ¿Por qué hay palomas en la plaza Catalunya? .
En 1929 alguien pensó que introducir estas aves en este punto de Barcelona daría un toque pintoresco.
Para la mayoría de nosotros, la plaza Catalunya siempre ha estado acompañada de palomas, pero todo tiene un comienzo.
En la mente colectiva, la plaza Catalunya de Barcelona va inevitablemente acompañada de palomas. Están mucho antes que la mayoría de nosotros, aunque no siempre los ha habido. Si ahora están ahí, no es por casualidad, sino porque alguien consideró que su presencia en esta céntrica área sería algo pintoresco.
Corría el 1 929, el año de la celebración de la Exposición Universal de Barcelona. La ciudad se preparaba para dar la mejor imagen posible al mundo, por lo que todo eran ideas para engalanarla. El cronista de Barcelona Lluís Permanyer explicaba en su libro Biografía de la plaza Catalunya (La Campana, 1995) que la decisión de alojar palomas venía del jefe de Ceremonial y responsable de la Guardia Urbana, Manel Ribé, y su voluntad de dar “una pincelada pintoresca”.
El Ayuntamiento de Barcelona cifra en cien mil ejemplares el número de palomas en la ciudad.
Para tal fin, Ribé necesitaba la complicidad de su entorno, dado que sabía que estos pájaros, como la mayoría, son animales de costumbres y retienen conocimientos cuando la alimentación está en juego. Aquí fue importante el papel de las caballerizas que la Guardia Urbana tenía en el Parque de la Ciutadella, ya que era un punto donde se concentraban palomas, que se sentían atraídas por el alimento que les ofrecía el sargento Fèlix Torrubia.
Por tanto, la idea del responsable del cuerpo policial municipal implicaba trasladar las palomas desde el parque hasta la plaza Catalunya y, para conseguirlo, necesitaba que Torrubia les acompañara lanzando comida por los casi dos kilómetros de recorrido. Una vez allí, las aves deberían acostumbrarse a que las alimentaran otras personas, por lo que el sargento se deshizo del uniforme para que las palomas empezaran a habituarse a otros aspectos físicos.
Permanyer relata así el desplazamiento de las palomas para instalarlos en este punto de Barcelona tan céntrico y concurrido. Con mucha seguridad, el número de estos pájaros nada tenía que ver con el actual, como tampoco la percepción que hoy tiene la gente.
En la actualidad, el Ayuntamiento de Barcelona tiene contabilizadas unas cien mil palomas en toda la ciudad. Una cifra suficientemente importante que ha llevado al consistorio a tomar medidas para controlar su población y campañas de sensibilización. La principal, el suministro de granos de maíz tratados con nicarbazina (producto veterinario que reduce la fertilidad) con el objetivo de limitar su reproducción.
Ah, y cuidado con los niños!.
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