sábado, abril 16, 2022

SS

 Hace unos 30 o 40 años fui con unos compañeros de clase a Cuenca en Semana Santa.

Fuimos al Museo, vimos las casas colgantes, presenciamos una pelea fenomenal el viernes santo, el día que no se puede comer carne. Fuimos a comer a un bar de allí y daban un guiso de bacalao. A las 3 de la tarde, en un sitio así, la gente ya ha bebido bastante y nosotros hacíamos bastante broma en todo el viaje con el famoso Crimen de Cuenca. Bueno, el hecho es que en aquel bar se lió una bastante gorda, no me acuerdo por qué, pero el alcohol influyó.

Yo, me había comprado una Nikon nueva y claro, me pasaba el día haciendo fotos y al final a mí también me pegaron la bronca por ese motivo.

En aquella época lo más eran las diapositivas y era lo que yo hacía. Carretes de 35 mm., en los que solo podías hacer 35 fotos en cada uno. Las fotos había que pensarlas bien, no como ahora que puedes hacer todas las que quieras y más.

Las diapositivas se quedaron en algún sitio, pero hace unos meses las encontré y fue algo increíble, de repente ver todas aquellas imágenes que te llevaban a otras épocas.

Encontré muchísimas que no recordaba, pero a medida que las fui viendo todas, poco a poco fui recordando unas cuantas que tenía en una caja special que ponía: Buenas, con dymo.

Pero había una que recordaba especialmente y que no salía por ningún lado. Es la foto que he puesto hoy. Al final, la encontré, pero me costó bastante llegar a ella.

Es una foto de aquellas que haces aprovechando un segundo en donde todo concuerda. El niño comiendo un bocadillo de tortilla, el momento en que se ha quitado el capirote, la madre que pone la mano y él que me mira.

Era tal como la recordaba.

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