jueves, marzo 10, 2022

Escucha al queso

 Hoy vamos a hablar de Clara Díez.

Esta chica hace quesos, pero eso es muy vulgar, en realidad lo que ella hace es: fusionar moda sostenible con artesanía quesera, que no es lo mismo. En realidad, es una Influencer del queso.

Clara Diez es una activista del queso artesano. Desde su tienda madrileña Formaje y su perfil en Instagram, ha convertido este producto de apariencia humilde en un objeto de culto gastronómico e incluso en una tendencia estética.

Diez, nacida en Valladolid hace 29 años, se presenta hoy en su Instagram como "activista del queso artesano en lucha por el queso real" y lidera con su pareja, Adrián Pellejo: Formaje, una plataforma de proyección de la cultura del queso de excelencia con una tienda en Madrid. En su web está su manifiesto, en el que describen su misión: "Crear espacios que permitan conocer y abrazar el valor cultural de la artesanía quesera y faciliten el acceso a su consumo". 

Su negocio consiste en: vender cultura. Digámoslo así: el roquefort de supermercado que compraban en su casa era un alimento "digno, sabroso dentro de sus posibilidades" y el roquefort Carles que expone ella en su tienda "es: mantecoso, elegante, rústico, salado, afinado en las cuevas naturales que se crearon tras el hundimiento de la montaña Combalou", leemos en su página: que es cultura!. Este es el roquefort que come ahora Clara Diez: "El verdadero roquefort".

Estudió Comunicación Audiovisual. Lo dejó en tercero. A los 21 años se fue una temporada a Londres. Al volver, en 2014, un amigo de sus padres, productor de quesos, le propuso participar en la creación de Cultivo, que sería uno de los referentes de la reciente ola española de tiendas de queso artesanal. En esa empresa se formó y se enganchó al asunto: "El universo del queso me fascinó. Me despertó mucha curiosidad todo el significado que está detrás de su producción. Vi que era un sector humilde pero muy rico, y sentí que teníamos capacidad para contribuir a su desarrollo".

En primavera de 2020 (sí, en pandemia), abrió: Formaje. Al año siguiente ya aparecía como una de las figuras emergentes de la lista 50 Next, que la presentó así: "Para ella, el queso no es solo leche fermentada. Es un estilo de vida, una cultura y una manera de crear otro modelo industrial para un mundo mejor". También en 2021 recibió en la casa del embajador de Francia la condecoración como miembro de la cofradía de La Guilde des Fromagers.

Diez combina con destreza estética y discurso. Reflexiona, por ejemplo, sobre el queso como maestro de vida: "El concepto de fermentación tiene que ver con la esperanza: es un proceso de aparente pérdida, de descomposición, que da lugar a un producto mejorado". El queso como invitación a pudrirnos con sabiduría (palabra que por algo comparte raíz etimológica con sabor). E igual que discurre sobre esto, habla de "hacer cosas bellas".

El Instagram de Formaje es una sucesión de delicados bodegones de quesos. Su padre, fotógrafo, se encarga de las imágenes, ella de la dirección creativa. Se inspira en fuentes como la pintora flamenca Clara Peeters (siglos XVI-XVII), Zurbarán o el italiano Morandi (1890-1964). En el Instagram personal muestra sus colaboraciones con firmas de moda a la vez que zigzaguea entre referencias a cosas como la trashumancia, los quesos con trufa o la obra de Richard Sennett, autor de El artesano y defensor de una reconexión con lo material.

A la vez que comerciante e Influencer del queso, Diez desea que su labor ayude a articular un ecosistema del queso artesano, ligando a los productores con los consumidores, campo y ciudad. "Necesitamos conectores", resume. Ella ha viajado a decenas de queserías para aprender. Ha conocido a artistas del queso, herederos de familias productoras de toda la vida y también nuevos emprendedores del oficio, que solo aspiran a sobrevivir, "hasta las cejas de trabajo, sin tiempo para filosofar ni pensar en cosas como crear redes de apoyo".

Ya dijo G. K. Chesterton en 1909, en su artículo El olvido del queso en la literatura europea: "Los poetas han guardado un misterioso silencio sobre la cuestión del queso".

De momento, no se dedicará a fabricar, sino a "visibilizar el queso como vínculo cultural".

El sótano del local será un lugar de encuentro y debate, "una plataforma en la que tengan cabida ideas con una filosofía similar de distintos ámbitos, de ropa, de arte... Conversaciones más amplias sobre el consumo y un cambio de discurso sobre lo que es realmente artesanía".

La palabra gourmet le aterra, prefiere hablar de compartir, de divulgar.

"El espacio tiene que iniciar la conversación", apunta. Cobalto Studio lo ha creado con materiales naturales y los uniformes son de Bastida, nueva línea de la firma barcelonesa Sol dela Villa. Remiten a prendas históricas de queseros y pastores. Clara insiste en la coherencia: "Aquí todo tiene que hablar de la cultura que hay detrás".

Le han publicado artículos en: Vogue América, Elle, AD, El País Semanal (2 artículos) y S Moda de El País, habla en las radios y prologa libros.

Ah, y se viste de Dior y Gucci.









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