viernes, marzo 25, 2022

El Corte Inglés

 Ayer leí una "notícia" que me hizo bastante gracia.

El joven diseñador Eduardo Navarrete ha acusado a Ágatha Ruiz de la Prada de copiarlo. Él, hizo unos estampados copiando la famosa bolsa de El Corte Inglés y Ágatha le ha respondido diciendo que ella la copió primero.

No me sorprende, ya que Ágata ha basado TODO su trabajo en el trabajo de Miró.

Ágatha Ruiz de la Prada (61) se toma con filosofía que la hayan acusado de plagiar al diseñador novel Eduardo Navarrete (28) en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid. El pasado diciembre, el novísimo Navarrete presentaba varias prendas con triángulos verdes en algunas de sus prendas en el Mercado de San Antón del barrio madrileño de Chueca. Se trata de una prenda inspirada en el logotipo de la famosa cadena de grandes almacenes.

La diseñadora ha respondido publicando en su cuenta de Instagram un modelo que ella misma lució allá por el año 2000, en la boda de Juan Claudio Abelló y Marta Álvarez, la actual presidenta de la cadena de grandes almacenes en cuyo logotipo verde y negro se inspiró. 

Además, ha retrocedido aún más en el tiempo, para publicar una fotografía en la que aparece en la feria de arte ARCO en el año 1997 vistiendo una falda con la forma de la insignia en cuestión.

Y que es que la actual marquesa de Castelldosrius y baronesa de Santa Pau, que vistió a la generación pegamoide sigue fiel a su estilo basado en los corazones, las rayas, los colores vivos o chillones (amarillos, rosas, naranjas, fucsias, verdes o rojos), las estrellas, los puntos... Siempre en juego permanente. "Para presumir no hay que maltratarse, unos tacones de vértigo y un cinturón que oprima resultan desagradables". Explicaba en sus inicios. Desde entonces, siempre, siempre viste de sí misma. 

Comenzó a los 20 años a trabajar en Madrid como ayudante en el estudio del modisto Pepe Rubio. Un año después, ya había realizado su primer desfile y al año siguiente, Ágatha abrió su primera tienda y expuso Trajes Pintados. 

Las fuentes de las que bebe son numerosas, aunque sin duda, la principal es la naturaleza y Miró: flores, árboles, nubes, estrellas, los colores del arcoíris. Pero además investiga en las formas geométricas y hace que las líneas posean tres dimensiones. Desde el inicio de su carrera, su estilo es inconfundible. Y aunque últimamente en el amor no es todo lo afortunada que merecería, no por eso sus prendas dejar de lucir enormes corazones. 

Aparte de sus líneas de ropa, Ruiz de la Prada entró en el negocio de los zapatos, perfumes, relojes, diseños de azulejos, ropa y complementos para el hogar, papelería y mobiliario, vestuario teatral, ropa para muñecas, uniformes, medias, gafas, disfraces... Diseñó incluso etiquetas para botellas de vino. Ha publicado libros propios, y diseñado portadas de libros y discos. 

Y ahora un relato de su apasionante vida:

No había día que la creativa Ágatha no saliera en periódicos y revistas. En un vuelo en avión conoció a Pedro Pedro J. Ramírez, entonces director de Diario 16. La combinación de ambos podría resultar llamativa y desconcertante, pero desde 1986 y durante 30 años formaron una de las parejas más estables y poderosas del país. Se apoyaron tanto en lo profesional como en lo personal. 

El 11 de agosto del 2010, tras la muerte de su tío materno Carlos de Sentmenat y Urruela, en el 2005, la diseñadora obtuvo por sentencia judicial de su otro tío materno Santiago de Sentmenat y Urruela, IV marqués de Orís, el marquesado de Castelldosrius con grandeza de España y la baronía de Santa Pau. El litigió duró casi cuatro años, y tras ganarlo se convirtió  en la XIII marquesa de Castelldosríus, grande de España y XXIX baronesa de Santa Pau. 

En noviembre de 2016 Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez se separaban después de 30 años de unión. Se habían casado justo el verano anterior para evitar a sus dos hijos, Tristán y Cósima, problemas a la hora de heredar los títulos de su madre. Tres meses después el amor de él por la abogada Cruz Sánchez de Lara daría al traste con el reciente matrimonio. 

17 meses después de su divorcio, Ágatha Ruiz de la Prada, a los 57 años, fichaba para ser la imagen del lanzamiento de Ourtime.es, una web dedicada a “jóvenes mayores de 50 que quieran encontrar el amor”. “La vida me ha cambiado mucho, pero más me va a cambiar con la de gente maravillosa que voy a conocer ¡va a ser la bomba!”, decía la creadora. 

No le hizo falta Internet para conocer a su siguiente amor. Si en los años ochenta sorprendía la relación entre la diseñadora y el por entonces director del Diario 16 y luego de El Mundo, también dejó a todos con la boca abierta el primer novio de la diseñadora tras el final de su matrimonio. Se trataba de Luis Miguel Rodríguez, popularmente conocido como Luismi 'el chatarrero' o 'el rey de la chatarra'.  

Luis Miguel Rodríguez, ex de la también archiconocida Carmen Martínez Bordiú, es dueño de uno de los mayores desguaces de Europa y resultaba un tipo tan particular que el propio Tristán, hijo de Ágatha, llegaba a afirmar que para enamorar a su madre "tiene que ser un poco personaje" . A pesar del escepticismo del entorno de la diseñadora, ella se volcó en la relación haciendo honor a su máxima de que nunca le ha importado lo que se diga de ella, ni de sus vestidos ni de sus novios. 

Tras el millonario 'chatarrero', la diseñadora, con 60 años, iniciaba una relación, en tiempos de pandemia, con el empresario, Luis Gasset, de 52, director de la casa de subastas Asorena.  

Se conocieron gracias a una amiga en común en marzo del 2020, poco antes de que se decretase el estado de alarma. A los pocos días de comenzar a llamarse e intercambiarse mensajes, Luis fue ingresado en el hospital con una neumonía bilateral, lo que hizo que Ágatha se diese cuenta de sus sentimientos hacia él. "Ha estado a punto de morirse y me pareció tan romántico… es estar como en una película", confesaba. 

Desde hace un mes, el nuevo amor de la empresaria es el abogado José Manuel Díaz-Patón (65), socio fundador del despacho Legaltrade, un bufete especializado en derecho mercantil y concursal. Díaz-Patón es primo de Julián Porras, marido de Olivia de Borbón. 

Ágatha Ruiz de la Prada y José Manuel Díaz-Patón viajaron jutos a venecia para disfrutar del Carnaval en el exclusivo Il Ballo del Doge. Allí, entre máscaras, la diseñadora coincidió con su ex Pedro. J. Ramírez. No cruzaron palabra, pero la coincidencia sirvió para que la creadora explicara que había cerrado un círculo en su vida. "Me enteré, pero ya lo tenía todo organizado y lo que no me podía imaginar es que íbamos a estar tan cerca. La verdad es que considero que ha sido como cerrar el círculo porque yo estaba bastante bien", ha reconocido.








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