domingo, noviembre 30, 2025

El amor

 Estos días estoy reflexionando mucho sobre el tema de la figura paterna.

#JuanjoSaéz, mi alumno, ha sido padre, ya sabéis (lo sé porque la cantidad de visualizaciones de mi post sobre la paternidad es muy inusual).

Cuando yo era pequeña, recuerdo que cenando mi padre le decía a mi madre, sobre mí: "No le digáis que dibuja bien porque se lo creerá".

Sin embargo, pienso en él con ternura y poniéndome en su lugar.

Se suponía que los padres actuaban así en pro de una buena educación.

Los padres, que no las madres, educaban en función de la rectitud, la obediencia a la autoridad y el respeto a los padres.

No tengo ninguna duda de que lo hacían lo mejor que sabían y reproduciendo una educación que ellos habían recibido.

Sin embargo, hoy todos esos valores ya no son válidos.

Estoy convencida de que el amor educa.

Pero recuerdo a mi madre, que tenía una gran sensibilidad (éramos iguales), entusiasmada por mis progresos en el dibujo y otras actividades manuales, y aquello me empoderaba, me daba confianza, satisfacción y alegría.

Yo ahora con mi hija (que sigue mis pasos) intento que reciba mi total aceptación por todo lo que decida emprender.

Lo más importante que podemos transmitir a los hijos es nuestro cariño y nuestro apoyo incondicional. 

Es cierto que debemos guiarlos para actuar con criterio, pero también procurando dotarles de una autoestima y seguridad, valiosísimas para desenvolverse en la vida.

Eso también les ayudará a acariciar la idea de felicidad que todos imaginamos.

El mejor regalo que se le puede dar a un hijo es quererlo.




















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